Delirio: Entre el escape y la realidad

Reseña del libro Delirio (2004) de la autora Laura Restrepo

Jorge Gutierrez

5/28/20252 min leer

Reseña

Los secretos nos rodean en cada interacción que tenemos y durante toda nuestra existencia; tanto es así que podríamos decir que el conocer a alguien es develar secretos poco a poco; a pesar de eso, incluso si nos tomáramos los años que nos quisiéramos tomar, podría llegar a ser imposible conocer todos los misterios detrás de una persona ya que a los conocidos pueden sumarse otros inesperados.

La existencia es entonces un constante mar de secretos y Delirio, de Laura Restrepo, nos habla sobre eso, sobre lo oculto que nos rodea y que incluso actúa sobre nuestras vidas sin que seamos conscientes de ello pero que no deja de darnos señales, al punto en que se pueden convertir en profecías auto cumplidas o afectar directamente nuestra salud mental.

Bajo el contexto (o tal vez pretexto) de la historia de Colombia a finales de la década de los ochenta; una historia que no puede dejar de lado la influencia del narcotráfico si es que se quiere contar bien, la autora, dado sus antecedentes como periodista y activista política, recrea esas alianzas non sanctas entre la mafia y las familias de la alta sociedad colombiana que finalmente repercuten en la vida de quienes se encentran en el borde, ya sea por ser parte de esas alianzas o por involucrase (involuntaria o voluntariamente) en los hechos que las rodean.

Delirio empieza como la historia de alguien que sufre eso, un ataque de delirio que la desconecta de la realidad, y poco a poco se nos revela de manera anacrónica cómo se llegó hasta ese punto, ya desde la herencia (algo que el texto identifica como una carga imposible de soltar) o desde el deseo, que funciona como un catalizador que trae consecuencias tarde o temprano.

Sobre la autora

Laura Restrepo nació en Bogotá en 1950. Se graduó en Filosofía y Letras en la Universidad de los Andes y posteriormente hizo un postgrado en Ciencias Políticas. Fue profesora de Literatura en la Universidad Nacional y del Rosario. Se dedicó a la política y al periodismo.

En 1983 fue nombrada por el presidente Belisario Betancur miembro de la comisión negociadora de paz entre el gobierno y la guerrilla M-19. Fruto de esta experiencia es su reportaje Historia de un entusiasmo, sobrecogedor testimonio por el que recibió amenazas de muerte y finalmente tuvo que emigrar de su país. Vivió el exilio político durante cinco años entre México y Madrid, manteniendo contactos con el ala política del grupo guerrillero M-19, intentando crear un nuevo foro de negociaciones. Su labor concluyó en 1989, cuando el M-19 abandonó sus armas y se convirtió en un partido de oposición legal, lo que le permitió volver a su país.

Ha trabajado en la Revista Cromos y ha sido editora, entre otras publicaciones, de la revista Semana, actividad que alternó con la escritura. En México colaboró como columnista en el diario La Jornada y en la Revista Proceso.